Al servicio de España y de la libertad

por Ángel ACEBES


"El pasado 14 de junio era un día grande para las Cortes Españolas. SS.MM. los Reyes acudían al Congreso para conmemorar el 30 aniversario de las primeras elecciones democráticas en España. Allí, en su escaño de Vicepresidente 3º de la Mesa, estaba Gabriel Cisneros, cumpliendo con su compromiso de legislador, político y patriota. Venciendo la debilidad y el dolor que arrastraba en su silla de ruedas. Días más tarde y a pesar de su precaria salud que apenas le permitía hablar, Gabriel también acudió a la sesión del Debate del Estado de la Nación. Porque sentía que era su obligación y su compromiso, y así se lo manifestó a los compañeros de la Mesa del Congreso, quienes se mantuvieron pendientes de él a lo largo de toda la sesión, preocupados por su estado de salud. Fue su última lección para todos nosotros.

Conocí a Gabriel Cisneros en el año 1976, cuando inicié mis primeros pasos en la política en las Juventudes de UCD. Recuerdo que para nosotros, los jóvenes centristas, «Gabi» ya era un claro referente de político comprometido con la democracia y la libertad. Y desde entonces, no ha dejado de ser un ejemplo de trabajo, de generosa entrega y sacrificio. Gabriel ha sido un político consecuente con sus ideas, al que nunca el interés personal le hizo abandonar sus principios. Su vida desmiente tópicos injustos respecto a la política y los políticos, y demuestra su rostro más digno y positivo.

Gabriel fue protagonista de los grandes acuerdos políticos de la Transición, de su espíritu de concordia y el encuentro entre españoles. Son logros que han dado los mejores años de convivencia a España, a los que decisivamente contribuyó Gabriel Cisneros. El título que más le honraba era ser uno de los padres de la Constitución, y el trabajo del que se sentía más orgulloso fue su participación en la Constitución de 1978.

Su gran energía personal, sus sólidos principios, su gran sentido del patriotismo, le ayudó a vencer el atentado terrorista perpetrado por ETA contra él en 1979. Y digo vencer porque ETA no consiguió su principal objetivo de secuestrar y, seguramente, asesinar a Gabriel. Pero los terroristas tampoco lograron acobardarle con sus disparos que le dejaron herido. Por el contrario, cuando se recuperó siguió siendo uno de los grandes luchadores contra el terrorismo y en defensa de la libertad. En todos los rincones de España.

Con el fallecimiento de Gabriel Cisneros se nos va un gran legislador, un constitucionalista convencido, pero sobre todo se nos va un amigo y un compañero entregado, generoso y leal. Hoy, cuando algunos pretenden replantear el diseño de una España que él ayudó a dibujar en el Texto de la Carta Magna, cuando el respeto al adversario y a las reglas del juego, parece que se esfuman de la vida política, el recuerdo de Gabriel Cisneros servirá de guía entre quienes compartimos sus convicciones y le admiramos por sus comportamientos. El PP pierde uno de sus grandes políticos. El Congreso de los Diputados, uno de sus mejores parlamentarios. Pero siempre nos quedará el ejemplo de un gran hombre que muy joven decidió dedicar su vida a trabajar por España y por la libertad y fue consecuente hasta el último día. Gracias y hasta siempre, querido amigo. "


Publicado en La Razón (28/07/2007)