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sábado, octubre 28, 2006

La izquierda europea proclama el tiro en la nunca como acción política

A través del blog de Antaltu, Sobre España, la libertad y otras palabras malditas, nos llega esta reflexión sobre lo ocurrido en el Parlamento Europeo esta semana. Es terrible, pero la estúpida izquierda europea ha legalizado el asesinato como conducta válida de la faz agonal de la política.

Negras sombras se ciernen sobre esta Europa suicida, que acaba de cargarse siglos de evolución política en una votación vergonzante.


Durante el final del siglo XX, y principios del XXI, en Europa, una vez recuperada para la libertad la Europa del este, se generalizó un principio fundamental en base al cual existía una forma, y solo una, de transformar una sociedad. El único medio era mediante procesos democráticos.

De esta forma, si una persona, o grupo, deseaban cambiar el mundo en el que vivían, organizaban un programa político y concurrían a unas elecciones que se ejecutaban mediante sufragio universal y directo. El número de votos obtenidos, el respaldo ciudadano logrado, les daba la proporción de poder susceptible de utilizar para negociar con otras tendencias políticas, con sus respaldos populares respectivos. Así, a más votos, más poder y mayor capacidad negociadora. Hasta ahora.

El PSOE español ha variado ese principio, no solo en España, sino que lo ha exportado al resto de Europa. Bajo su patrocinio el Parlamento Europeo ha votado el respaldo a una negociación política con la banda terrorista ETA, responsable del asesinato de cerca de un millar de seres humanos.

ETA no negocia con el gobierno español en base a su número de votos, como lo hace cualquier fuerza política. ETA negocia utilizando el poder de persuasión de su capacidad de matar. Negocia contrapartidas a cambio de dejar de asesinar ciudadanos.

Cautivo y desarmado el Estado de Derecho, el terrorismo logra una gran victoria. Ha sido legitimado. El tiro en la nuca como arma política ha sido respaldado en una sesión solemne por toda la izquierda europea. El mensaje es claro, para cambiar la sociedad no es necesario presentarse a unas elecciones y ganarlas. Basta con matar, y matar cuando más, mejor, para así cualquier grupo minoritario forzar a la mayoría a aceptar sus tesis, o al menos parte de ellas.

Un integrista musulmán, por ejemplo, que sueñe con implantar la Sharia en Europa, y sea consciente de que por procesos democráticos es, hoy día, imposible, sabe ahora que si se dedica a matar, a asesinar en masa, es posible, mas bien es probable, que su voz sea escuchada y obedecida para convencerle, así, de que deponga las armas.

Es la ley del más fuerte. O del más sanguinario. Un Etarra tiene, a ojos de la izquierda gobernante en España, mucho más poder político que un ciudadano normal, puesto que éste último solo dispone de su voto en las elecciones, mientras que el primero, además, está armado, y esas armas le proporcionan un voto de calidad infinitamente superior.

Para igualarnos ¿Deberemos armarnos los demás? ¿Es ese el mensaje que nos dan? Evidentemente no. En cualquier manual de un Estado de Derecho se refleja que el monopolio de la violencia la tiene el Estado. Para la izquierda, que no cree en dicho Estado, el monopolio de la violencia, la tiene la propia izquierda.

Para ellos es lícito, organizar huelgas y manifestaciones violentas, si las protagonizan ellos. E inaceptable si los manifestantes son de otro signo político. Para ellos es lícito boicotear violentamente mítines de otros partidos, siempre que sean ellos, la izquierda, los boicoteadores. E inadmisible si quienes boicotean profesan otra ideología. Por tanto, lógicamente, para ellos es lícito, o al menos comprensible y justificable, el tiro en la nuca siempre que quien apriete el gatillo se autodenomine “marxista” o “revolucionario”. ¿Alguien cree tendrían la misma actitud con un grupo terrorista de extrema derecha? En absoluto.

Los ciudadanos españoles, y europeos, personificamos a aquella rana de la fábula que nadaba despreocupadamente en un cazo de agua fría, y puesta a cocer lentamente, no se percató de nada hasta que, con el agua en ebullición, quedó flotando muerta, cocinada viva.

La izquierda nos está cocinando a fuego lento, arrebatándonos libertades y poder de decisión individual, en un caldo de totalitarismo que acabará cociéndonos vivos.

2 Comments:

At 30 octubre, 2006 09:40, Anonymous Anónimo said...

estas cosas son las que me hacen sentir vergüenza de ser europeo. Milenios de civilización tirados a la basura para que unos señores engorden sus cuentas bancarias en Bruselas y Estrasburgo.

 
At 31 octubre, 2006 15:35, Anonymous Anónimo said...

Europa ya no es lo que era, ni Pelayo ni Carlos Martel están ahora para frenar el imparable avance de Eurabia.

 

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