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lunes, octubre 13, 2008

Permitamos dimitir a Rajoy

Excelente artículo de César Alonso de los Ríos, hoy en el ABC. Aunque no deja de producirme dolor (porque lo apoyé de manera irrestricta durante 4 años y me cuesta aceptar que me engañó), no puedo más que suscribir todas y cada una de sus palabras.

Ayudemos a Rajoy a que no tenga que sufrir más "coñazos". Pero sobre todo, no suframos más nosotros sus coñazos.


Permitamos dimitir a Rajoy

POR CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
Todos sabemos que Mariano Rajoy no tiene un sentimiento trágico de la vida. Que abre los periódicos por los deportes. Que su irresistible ascensión administrativa no se ha debido precisamente a su condición estajanovista en el trabajo sino que cabe explicar ésta más por la disponibilidad que le ha proporcionado su relativismo antropológico. Así, por ejemplo, José María Aznar le destinó a Educación para rebajar las tensiones que había provocado Esperanza Aguirre con el debate sobre las Humanidades, o posteriormente sustituyó en Interior a Jaime Mayor por cuestiones de flexibilidad... de carácter.

Todos sabemos y todos estamos dispuestos a entender que a Mariano Rajoy pueda resultarle un verdadero coñazo la política, ya se trate de la asistencia a las manifestaciones antiterroristas que organizó la AVT o el Foro de Ermua o al desfile militar de la Hispanidad.

Pero siendo así las cosas, ¿por qué este hombre se metió en política y, sobre todo, por qué se ha empeñado en seguir en ella a pesar de los fracasos que ha tenido y de los que, a buen seguro, va a tener?

Descreído, irónico, perezoso... aceptó que le nombrara a dedo José María Aznar como sucesor. Según ciertas versiones, estuvo a punto de dimitir la noche del 14 de marzo de 2004 aunque yo he llegado a la conclusión de que no hubo tal a juzgar por el comportamiento que iba a tener después. En efecto, la siguiente derrota ya no tuvo la disculpa de atentado alguno y, sin embargo, él no sólo no dimitió sino que se cargó a toda la dirección de su partido. A todos les hizo responsables de ella menos a él mismo.

Yo pienso que Mariano Rajoy representa el extraño caso de un señor seducido por la política como vía hacia el Poder y posteriormente defraudado a causa de la pasión que exige. Por esta razón yo pienso que entre todos deberíamos tratar de convencerle de que abandone la política, que vuelva a su relajado despacho de Registrador y que, a lo sumo, trate de hacer un bien social luchando por un ciclismo sin dopaje. Sería una forma positiva de ayudar a la sociedad y dejarse de tanto coñazo.

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3 Comments:

At 13 octubre, 2008 15:07, Anonymous Anónimo said...

pobre Marianico. No le perdonas una.

 
At 13 octubre, 2008 19:43, Blogger Alberto Esteban said...

No es cuestión de no perdonar, es que ya llueve sobre mojado. Desde que Mariano perdió las elecciones no da pie con bola y cada vez que abre la boca es para echarse a temblar. Váyase Mariano, váyase.

Saludos

 
At 13 octubre, 2008 20:19, Anonymous Anónimo said...

que se vaya de una vez. Esto es peor que Hernandez Mancha

 

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