Luego diréis que fuimos 5 ó 6

Y esta vez será verdad, aunque hemos sido los 5 ó 6 manifestantes más ruidosos de Madrid.

Ayer por la tarde nos reunimos para pedir la dimisión de la impresentable ministra de Medio Ambiente, la deslenguada Cristina Narbona. El punto de encuentro fue justo frente a la entrada del Ministerio, ante el monumento al fantasma del General Franco, ese señor de voz meliflua que ganó una guerra y que este gobierno zapatético está empeñado en hacerle perder 70 años después. Peleando contra su fantasma, y tratando de exorcisarlo a través de la instauración de la "memoria histérica".

Después de ver cómo gestiona esta señora la cartera ministerial, cargándose el Plan Hidrológico Nacional y dejando que se seque media España; habiendo mostrado su inoperancia hace un año en los incendios de Guadalajara (que según la Narbona fue "imposible de atajar" y que le costó la vida a 11 personas), y ahora con Galicia en llamas (y 3 personas muertas), creemos que es imperativo que esta incompetente dimita cuanto antes.

Los árboles, esas víctimas silenciosas de esta impresentable, sostuvieron nuestros reclamos:

La deslenguada ministra no tuvo empachos en culpar a "retenes despechados" que ya no trabajan en el gobierno gallego, por no haber sido contratados este año. O sea, retenes que habían estado contratados por la Xunta durante la gestión de don Manuel Fraga, y cuyos contratos no fueron renovados por la tromba naziboba de Touriño y Ancho Quintana. Es decir, retenes "peperos"(le faltó agregar que estaban a las órdenes de Aznar y Fraga, consumando el plan de Bush).

La bocazas tuvo que rectificar diciendo que se refería a "un caso del año pasado", ante las quejas del PP y de los sindicatos, pero no nos alcanza, queremos que se vaya, puesto que viene demostrando desde hace 2 años que es una inútil y una impresentable, y bajo su gestión España se está convirtiendo en un páramo de cenizas (por culpa de los cenizos socialistas).

Pero la Narbona no está sola, le acompañan este par de payasos, el duo "Pardegi"(lipollas), que deben seguirla al exilio de la vida política. En un ataque de estúpido nazionalismo, decidieron desarmar las plantillas de retenes a fuerza de exigirles -no ya que supieran manejar con presteza la manguera, la bomba de agua, y que conocieran como atacar y extinguir el fuego- sino el conocimiento "certificado" del dialecto gallego.

Al llegar Touriño al poder encontró ocho directivos de máximo nivel, que eran los responsables de 4.000 efectivos, y la nueva Xunta (de bueyes) destituyó a todos salvo a uno. También defenestró a los cuatro responsables provinciales directos del operativo, muchos de ellos con más de 10 años de experiencia. Y por si fuera poco, el gobierno naziona-socialista galego también decidió prescindir de más de una docena de jefes de distrito, que son las piezas clave en la lucha contra incendios. ¿Por no saber falar galego? ¿O porque necesitaban lugar para enchufar a sus amiguetes y pesebreros varios?

Pero es evidente que -sea como sea- los nuevos retenes galego-falantes no recibieron la preparación adecuada: la Xunta se olvidó de enseñarle a los nuevos retenes y autoridades el conjuro en galego para extinguir las llamas. Es mundialmente conocido el extraordinario poder de los hechizos y conjuros pronunciadas en galego... ¡hasta el fuego se acollona y se auto-extingue!

Los resultados de la incompetencia de la Narbona, sumados a la estulticia proverbial de la Xunta nazional-socialista galega, están a la vista de todos.

Para que NUNCA MAIS vuelvan a arder los bosques de España ante la desidia del gobierno; para que NUNCA MAIS vuelvan a morir retenes -contratados o voluntarios- ni ciudadanos de a pie, es que -y aunque hayamos sido 5 ó 6- exigimos: ¡¡¡¡NARBONA DIMISIÓN!!!