Del bilingüismo a la lengua bífida
Del blog "Uranio Enriquecido", de Alfonso Basallo, leemos este magnífico post que reproducimos a continuación:
PARA hablar con Dios utilizo el castellano; para las mujeres, el francés, y el alemán, para dar órdenes a los caballos” En el peculiar catálogo lingüístico de Carlos V faltaba el catalán. ¿Para qué podría utilizar la lengua de Serrat? ¿Para qué puede servir el catalán?
Si el césar Carlos volviera desde el más allá no tardaría en comprobar la utilidad que hoy en día se ha encontrado a la lengua de Maragall (Joan, por supuesto).Sirve para tirar a la basura el catálogo con la mayor tirada de la historia (145 millones de ejemplares), editado por Ikea, una de las más emblemáticas multinacionales de Europa. Sólo porque no está traducido al catalán. Está en 25 idiomas: incluido el español. Pero como falta el catalán… se acabó. Eso se llama espíritu práctico. Por ejemplo.
Sirve para resucitar la policía lingüística, siniestra combinación que nada bueno augura, y que nos retrotrae a la Centroeuropa de los años 30. Policía lingüística. Respiren hondo y, venciendo la repugnancia que provoca tan obscena asociación de palabras, dediquen un minuto a pensarlo. Repito: policía y lingüística. En pleno siglo XXI.
No terminan aquí las utilidades del catalán. Sirve para que la Generalitat se gaste casi cuatro millones de euros al trimestre en expandirlo por Valencia o el Rosellón, a modo de lebensraum (el espacio vital de los nazis) o en iniciativas tan peregrinas como traducir el juego de la petanca, o tan urgentes como investigar el judaísmo catalán. Y luego se quejan ante Madrid de que no tienen músculo presupuestario para socorrer al millón largo de marginados que hay en Cataluña. Espíritu práctico, otra vez.
Se le pueden buscar otras funciones:
- empobrecer a una sociedad, antaño dinámica y emprendedora;
- convertir a sus ciudadanos en rehenes de unos políticos irresponsables;
- destruir sus defensas morales mediante el doble virus del clientelismo y el
proteccionismo;
- cercenar los derechos y libertades ciudadanas, como el de los padres a la elección de lengua en la educación;
- laminar sus resortes intelectuales, imponiendo la omertá en los medios de comunicación, por el procedimiento de convertir a los perros guardianes en complacientes chuchos falderos.La lengua sirve para tender puentes, comunicarse, crear… Pero deviene en Babel cuando los políticos tratan de instrumentalizarla para sus fines. No se puede violentar el curso natural de las cosas, imponiéndola por decreto. El impetuoso auge del castellano en Norteamérica no obedece a políticas de diseño, sino que es fruto de una expansión demográfica, natural.
Pero en Cataluña, el Tripartito practica la ingeniería social. Consiste en confundir la cooficialidad con el submarinismo, al convertir la normalización en inmersión, creando así ciudadanos de segunda. El fracaso escolar en los castellanohablantes, del que ÉPOCA habla en este número, es la prueba más palpable de esa variante de limpieza étnica.Es la lengua de los poetas, los comerciantes, los navegantes, los artistas… la lengua de Mosen Cinto y de Lluis Llach, de Espriu y de Gaudí… un valioso tesoro del que todos, catalanes y castellonahablantes, estamos orgullosos. Y, sobre todo, la lengua que ha dado a España una palabra cuyo significado ha caracterizado siempre a sus gentes: “Seny”. Pero unos desaprensivos aprendices de brujos van camino de convertirla en instrumento de división y espoleta del odio.
Son como el rey Midas al revés: estropean cuanto tocan. Si Dios, y unas buenas elecciones anticipadas, no lo remedian, conseguirán que digamos del catalán lo que Woody Allen de la ópera: “De tanto oír a Wagner, me dan ganas de invadir Polonia”
2 Comments:
Falta uno, el italiano, que utilizaba para cantar.
Aunque según la nota n. 20 de la parte IV de Gullivers Travel´s, edición de Penguin, dice que utilizaba el italiano con su amante.
... he would address his God in Spanish, his mistress in Italian and his horse in German.
Lo cierto es que su lengua nativa era el francés. Pero pronto cambió a la lengua castellana.
interesantisimo el articulo. Gracias por rescatarlo porque yo no conocia el blog del autor.
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