¡Gracias, Juan Pablo!

Hace ya un año que nuestro querido Juan Pablo II regresó a la casa del Padre. Su sonrisa afable, su mirada tierna, sus viajes por todo el mundo llevando la palabra de Cristo, su alegría en el servicio a la Iglesia, su entrega hasta en el sufrimiento, fueron y seguirán siendo un ejemplo de vida para todos los católicos, y para todos los hombres de buena voluntad.

Su vida ha sido un don para todos aquellos que hemos sido tocados por su palabra, por su ejemplo.

Por eso, y aunque la tristeza que nos produce su ausencia nos embarga el alma desde hace un año, queremos decirle: GRACIAS.

Pozdraviam, Karol.