¿Bobo solemne o pérfido astuto?

Desde el advenimiento de José Luis Rodríguez Zapatero a la secretaría general del PSOE, siempre se lo ha catalogado como un niño pijo de provincias, como un alelado, un tontín, etc.

Por un "accidente" llegó a la Moncloa. Y desde entonces no ha hecho otra cosa que dar "palos de ciego". Aparentemente. Sólo aparentemente. El "tontín de León" se dedicó desde entonces a acuñar frases sin sentido con palabras rimbombantes como "talante", "paz", "alianza de las civilizaciones", "nación de naciones", "patriotismo social", y varias majaderías más por el estilo.

Se han usado frases como "bobo solemne", "Forrest Gump", "iluminado" para definir sus escasas luces o su falta de talento, pero poco ha servido para llegar a explicar cómo un tío con cara de bobo, predicador de un talante hueco, con una sonrisa estúpida y sin apenas apoyos se haya hecho con la secretaría general del PSOE primero, y luego -200 muertos mediante- con la presidencia de gobierno.

Desde que llegó no ha hecho más que convertirse en el apostol del talante, pasear su sonrisa boba y decir y hacer sinsentidos. Sinsentidos aparentes, porque -claro está- para quienes no somos "rojos" son sinsentidos. Pero dentro de una lógica "roja" todo cobra sentido. La primera medida que tomó fue romper la alineación que España tenía con EEUU y el Reino Unido -y que la había colocado en una situación de privilegio dentro del concierto internacional de naciones-, para volver a alienarnos bajo el eje franco-alemán de Chirac y Schröder, y convertirnos nuevamente en la criada de Europa. Sólo que ahora somos una criada mucho más despreciable.

Prácticamente pidió permiso a Mohamed VI para visitar las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, abandonó la causa de los saharauis, fue a hacer el ridículo a Francia dando un discurso en un pretendido francés ininteligible, insultó a Angela Merkel, apostó por John Kerry, envió a Moratinos a morrearse con el terrorista Arafat, provocó y ninguneó alternativamente a la Iglesia Católica, aprobó el mamarracho del "mariconio" al que pretendió equiparar legalmente al matrimonio, descabezó a las fuerzas armadas, atacó una vez más a la libertad de enseñanza aprobando la LOE, reivindicó a la II República, y ha pactado con los nacionalistas catalanes la secesión, y con los terroristas de ETA la rendición del Estado de Derecho.

Considerar semejante estropicio como algo propio de un imbécil es subestimar su capacidad de destrucción. Este individuo está llevando a cabo una revolución silenciosa, sin sangre (por ahora), que nos está llevando al mismo punto en que su tan mentado abuelo lo dejó: 1936.

Y todo lo ha logrado en menos de 2 años. Todo un record. Toda una proeza. Roja proeza. Ni siquiera Stalin habría soñado semejante victoria.

¿Reaccionará la sociedad española? Conociendo el carácter extremo del pueblo español, me temo que si. Tarde. Y a la española. Como en los tiempos del capitán Rodríguez Lozano. Sólo espero que los nietos de Zapatero sean menos rencorosos que él, y no pretendan reivindicar a su talantoso abuelito dentro de 50 o 60 años...