Gallardón y su reflejo

Volviendo sobre mis reflexiones acerca de Alberto Ruiz-Gallardón, y de por qué no nos gusta, me preocupa palpar en muchos votantes tradicionales del PP (de Madrid y del resto de España) la misma sensación de desencanto y descontento hacia el alcalde.


Algunos de los puntos que más incomodan a gran parte del electorado del PP son:

• sus provocaciones y enfrentamientos con Esperanza Aguirre, directamente o a través de terceras personas
• sus constantes "discrepancias" con la dirección nacional del PP
• sus irritantes coqueteos con el grupo PRISA
• sus controvertidas decisiones que luego tiene que desactivar
• sus obras faraónicas carentes de una planificación que haga soportable la vida de los ciudadanos mientras duran
• la monstruosa estela de deudas que deja a los contribuyentes por dichas obras
• sus polémicas y combatidas medidas de gobierno
• sus subvenciones a impresentables proyectos "culturales progres" pagadas con el dinero de los contribuyentes
• su aprobación a la distribución de la píldora del "día después" en niñas de 10 años sin conocimiento de sus padres
• sus ceremonias de "bodas gay", en abierta discrepancia con la postura oficial del partido por el cual fue elegido

Vamos a ser honestos: no creemos que Alberto Ruiz-Gallardón sea el "submarino rojo" del PSOE dentro del PP. No creemos que sea un socialista encubierto. No creemos que se vaya a otro partido si no logra sus objetivos dentro del PP. Es pepero. Pero antepone sus intereses personales a los del partido, que en definitiva son los de España.

Pero sí creemos que sus desenfrenadas ansias de poder son altamente perjudiciales para sí mismo, y -lo que es más importante- para el PP y para un importantísimo sector de la ciudadanía que se siente identificada con el ideario popular. Presume Gallardón de concentrar en su persona la intención de voto del electorado tradicional del PP, y además el de los centristas "moderados" y de los socialisas "desencantados". Con el afán de ganar sus votos intenta seducir a éstos con medidas que irritan a sus votantes tradicionales. Se enfrenta a la dirección del PP como si fuera una especie de "mesías" político por cuya gracia el partido vive y recibe votos. La verdad es bien distinta: Alberto Ruiz-Gallardón jamás ha ganado una elección por sí solo, sino cuando su partido ha ganado a nivel nacional o regional. ¿Dónde están los votos que le pertenecen "exclusivamente" a su "augusta persona"?

Este juego de "avanzar por izquierda" de Gallardón está enojando a sus votantes, y no surte ningún efecto entre los socialistas "desencantados" a los que quiere seducir. Que no le vaya a suceder lo que al perro de la fábula de Esopo, que por ambicionar lo ajeno, terminó perdiendo lo propio...

Fábula: El perro y su sombra

Sucedió una vez que un perro había conseguido un pedazo de carne y lo llevaba mordiéndolo en su boca a su casa para comérselo en paz. En el camino a su casa tenía que cruzar un arroyo por un tablón de madera. Mientras cruzaba miró hacia abajo y vio su propia sombra reflejada en el agua. Pensando que era otro perro con otro pedazo de carne, se convenció de comerse también ese pedazo. Entonces,
le tiró un mordisco a la sombra en el agua, pero cuando abrió su boca, el pedazo de carne que llevaba se le soltó, se cayó al agua, y nunca lo volvió a ver.