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miércoles, mayo 30, 2007

Un 30 de mayo manchado de sangre inocente


"El 30 de mayo del año 2003 morían asesinado en Sangüesa, por la explosión de una bomba-lapa colocada en los bajos del coche con el que habían acudido a realizar los DNI, los policías nacionales Julián Embid y Bonifacio Martín.

Por desgracia ese día, ese 30 de mayo, ya estaba manchado de rojo-sangre en el recuerdo y en la conciencia de muchos navarros, el 30 de mayo, pero de 1985, morían asesinados en la Bajada de Javier en Pamplona el niño de 13 años Alfredo Aguirre Belascoain y el policía nacional Francisco Miguel Sánchez.

El relato de cómo se produjo su asesinato es tremendo, pero permitirme que os lo cuente brevemente.

Por aquel entonces en la parte vieja de Pamplona la droga y los altercados entre drogadictos y camellos o entre los propios drogadictos estaban a la orden del día, aquel 30 de mayo de 1985, sonó una llamada en la centralita del 091 alertando de un altercado entre dos drogadictos en la “Bajada de Javier” a la altura del número 16, la policía mando dotaciones para ver que es lo que pasaba, llamando al timbre de ese número 16 se encontraba Alfredo, él y sus padres vivían en el tercer piso del número 13 de dicha calle, pero se encontraban visitando a una amiga de la familia –algo que hacían a diario-, mientras ellos visitaban a la amiga, Alfredo Jugaba en el cercano club Natación de donde eran socios, la amiga de la familia y los propios padres de Alfredo tenían establecido con él una especie de “código” –como ya he dicho antes por aquel entonces la droga en la parte vieja de Pamplona estaba a la orden del día y con ella los robos en los domicilios-, tres toques en el portero automático les anunciaba que Alfredo ya les esperaba abajo, aquel 30 de mayo, sonó un pí en el portero automático, sonó un segundo pí, pero el tercero ya no sonó, en su lugar una explosión hizo que el edificio se tambaleara, Carmen, la madre de Alfredo bajó las escaleras como pudo, no se tiro por el rellano de la escalera para llegar antes de milagro, el polvo no le dejaba ver nada, los restos del portal impedían que pudiera salir, pero por su amor de madre nada le iba a impedir que saliera a la calle para ver que tal estaba su hijo, salió a la calle y se abrazó llorando y con un ataque de histeria al primer cuerpo que encontró, tardó un rato en darse cuenta que esos restos no correspondían a su hijo, su hijo convertido en un montón de carne yacía inerte unos metros mas allá.

Cuando el comando fue detenido al frente del mismo se encontraba una mujer, Mercedes Galdos, alias Bittori –por cierto puesta en libertad hace poco, 19 asesinatos le salieron a poco más de año y poco por asesinato-, esta asesina, se había disfrazado de embarazada para desde una plaza que se encuentra un poco más arriba accionar el detonador que acabo con la vida de Alfredo y de Francisco Miguel, durante los interrogatorios la Guardia Civil no daba crédito a la sangre fría de esta mujer, le preguntaron ¿ Si no había visto al niño llamar al timbre? Ella con una sangre fría que dejó helado al Guardia Civil más experimentado contesto que sí, que le había visto, pero que también había visto acercarse al policía nacional y que la vida del niño no valía nada en comparación con la libertad de Euskal Herria.

Eso de disfrazarse para cometer un atentado era algo que esta “animal” ya tenía más que ensayado, el 13 de abril de 1984, el comando Nafarroa mandado por “Bittori”, asesinó en Mercairuña a Jesús Alcocer, se dedicaba a los servicios de alimentación, tenía 65 años, estaba casado y tenía dos hijas. Para escapar el comando utilizó un coche robado, coche que dejaron aquel mismo 13 de abril cargado de explosivos en la Vaguada de San Juan, “Bittori” disfraza de monja y desde una cabina de teléfonos próxima acciono el detonador del coche bomba que acabó con la vida de los TEDAX, Juan José Visiedo y Tomás Palacín, sus restos se encontraron a más de 100 metros de distancia de donde explotó el coche.

Cuando “Bittori” fue detenida, por cierto gracias a la heroica acción de un paseante, se le incautaron dos pistolas, una la llevaba en el bolso, la otra, introducido su cañón en la vagina.

"Bittori" ya está en libertad, está en libertad gracias a un Codigo Penal caduco que la Democracía heredó de los años de la Dictadura de Franco, 19 asesinatos le salieron a poco más de un año por crimen. Entre esos crimenes el de Alfredo, un inocente de 13 años. "


Testimonio recibido vía e-mail. Mañana la segunda parte.

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1 Comments:

At 31 mayo, 2007 09:27, Anonymous Anónimo said...

Esta historia, al igual que casi 1000 historias más, son descorazonantes y a uno lo dejan desmoralizado frente a la ignominia de este gobierno felón, que concede a los terroristas todo lo que ellos exigen, mientras desprecia y humilla a las víctimas.
Es repugnante. Y mucho más repugnante aún es ver que un sector más que importante de la sociedad española sigue respaldándoles con el voto.

 

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