Reflexiones colombianas (4). La cuestión racial
Fuimos a almorzar. Me pedí una cazuela de mariscos, rico pero algo pesado. Y pasado, los mariscos estaban demasiado hervidos. Nos tomamos un vino chileno. Aunque hay vino en Colombia no es de calidad, por lo que se importa de Chile y de Argentina.
Por la tarde fuimos la Cerro de la Cruz con Eduardo. Se trata de un cerro con varios puestos de artesanía. Me compre una camiseta con un rotundo lema: “Se habla español”. Español y no castellano, por supuesto. ¡Qué gusto me va a dar pasearla por Cataluña y las provincias vascongadas! También compré para mis hijos dos camisetas de “afirmación colombiana”, una de con los colores nacionales. Les van a parar los inmigrantes en España… También reservé, no tenia dinero, un cuadro de la virgen coronada con las doce estrellas amarillas, hecho en punto de cruz. Les conté a los colegas la historia de la bandera europea… presuntamente inspirada en la corona de estrellas de la Virgen.
En lo alto del cerro hay un círculo de unos 10 metros de diámetro en el que se congrega la gente. Una pequeña orquesta improvisada de aficionados tocaba música colombiana, y algún veterano bailaba animadamente. Había también algunos ambulantes. De nuevo, llama la atención la sensación de gente, aunque en ningún caso resulta abrumadora.
Hablando de gente, creo procedente tratar aquí la cuestión racial. ¿O sería preferible hablar de la ausencia de cuestión racial? Acababa de leer dos textos sobre este asunto. El primero es el capítulo 13, Racismo y antiracismo, del libro Ideologías y movimientos políticos contemporáneos, en que se hacen afirmaciones delirantes. Por ejemplo, se habla de "racismo religioso" y "Racismo cultural" (¿?) y se afirma que el religioso es el origen del biológico. En fin ¡se llega a considerar a la expulsión de inmigrantes ilegales como racismo! Este texto sectario es materia de estudio en la UNED, y cae de vez en cuando en los exámenes...
La segunda es una anotación de Islamización de Europa "EURABIA", un interesantísimo blog, en el que refutan, de forma así de sencilla, semejantes afirmaciones:
La ideología dominante es en sí una contradicción ideológica. Primero se es antirracista, después de profesa que pretender reprimir duramente la criminalidad es ser racista, y por último se reconoce implícitamente lo que se niega a otros, a saber: que la criminalidad es el hecho principal de los emigrantes.
(…)
El antirracismo tiene la misma obsesión por la raza que el cura puritano por el sexo. Hoy, el sexo se muestra tanto como una industria como la raza es violada y disimulada. Pero en realidad este disimulo esconde una presencia obsesiva del concepto. El antirracismo ha devenido una especie de meta-religión, una forma perversa e inconsciente de racismo, en todo caso el signo de una obsesión racial. ¿Pero qué es en el fondo el racismo? Nadie lo sabe explicar ni definir. Como en todos los vocablos abusivos y con fuertes cargas afectivas, la palabra en sí carece de significación. Se le confunde con la xenofobia, y se habla así del racismo mutuo de los croatas, los serbios y los albaneses, cuando sus disputas son de carácter nacional y religioso, pero no racial.(…)
De una parte la ideología oficial niega la existencia de las razas humanas, señalan las diferencias insignificantes en los cromosomas personales, pero por el otro la ley prohibe las discriminaciones raciales "en nombre de la pertenencia o no pertenencia a una raza, étnia o religión". Entonces, ¿las razas existen o no existen?
En la simple lógica aristotélica o leibniziana, es un absurdo reprimir a quienes cometen un delito contra un sujeto jurídico que no existe de hecho.
Por otra parte se proclama la inutilidad de las distinciones raciales, pero se aplican legalmente cuotas de favoritismo racial. Se niegan las "diferencias raciales" pero se pone el punto en las "discriminaciones raciales".
Sin embargo, también se hacen en ese artículo del blog algunas afirmaciones con las que no estoy de acuerdo:
Los Estados Unidos, después de todo, desde su origen, son un país de inmigración y de impermeabilidad étnica; este es el fundamento de su contrato social. En Europa, el modelo de la cohabitación territorial de las etnias, como en el caso del Oriente Medio, es inaplicable e inviable.
La política del mestizaje étnico es también imposible; y no sólo en Francia, sino en todos los países del mundo.
Es posible diluir la cuestión racial para que deje de serlo. Colombia y, en general, los países hispánicos lo demuestran. En Colombia no hay getos raciales y sí un mestizaje que hace imposible la discriminación. Las ciudades están divididas informalmente en “estratos”, bastante mezclados. El primer estrato es donde viven los ricos, el segundo los acomodados, el tercero esta en el limite de lo que nosotros consideramos aceptable. De ahí para abajo (hasta el sexto), la pobreza salta a los ojos. Pero si un negro es rico, no tiene ningún problema en comprar una caso en el estrato uno. Y se nota en la calle y entre la gente. En fin, el autor del libro que cita monmar, deberíoa conocer Hispanoamérica, o Latinoamérica, como dicen ellos. Pero a lo emjor tenían que reconocer que el Imperio Hispánico fue ejemplar y eso les dolería en el alma a estos señores europeos... Y sin embargo en las colonias francesas: Racismo negro contra los blancos...
En Bogotá apenas se ven negros o gente con influencia racial negra, sin embargo en Cali, como en general en la costa colombiana, hay muchos, aunque muy pocos son negros puros. Imagino que sucede al igual que en Cuba fueron traídos para trabajar en las plantaciones. En todo caso, no hay problema racial, ni lo puede haber dada la actitud de las gentes. Qué suerte… y qué ejemplo.
Publicado en paralelo en Noticias de Eurabia y Zetapolleces.
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