Pobrecillo PRISA

Parece que el grupo favorito de los gobiernos de izquierda va perdiendo el favor de los mismos dondequiera que posee un medio de comunicación.

Al "ataque de cuernos" porque zETAp se fue con Mediapro, ahora hay que sumarle la del argentinísimo matrimonio K (Kirchner y Kristina): a las radios de PRISA en Argentina les han prohibido transmitir en paralelo la misma programación de AM en FM.

Esto -que en España puede parecer una curiosidad- se debe a que existe la Ley de Radiodifusión -que prohíbe conformar redes privadas permanentes o cadenas de radio y televisión-.

La periodista-estrella de radio Continental (perteneciente a PRISA), Magdalena Ruiz Guiñazú -una especie de Mercedes Milá de las pampas (pija-progre de pro, aunque mucho más culta y refinada que nuestra Mercedes, y que jamás se enredaría en algo parecido a Gran Hermano) está trinando con el temita. Y algo de razón tiene: radio Continental tiene un perfil fuertemente opositor al matrimonio K desde las recientes protestas de la gente del campo. Y no es de extrañar que se trate de una venganza de la pareja reinante, ya que únicamente se le quiere aplicar esta ley a radio Continental (y no a las demás que hacen lo mismo).

Es lo que suele pasar cuando - como se dice en Argentina- uno se "caga" en las leyes: uno queda a merced de que un gobernante legítimo o el dictadorzuelo de turno se la quieran aplicar.


Pero la verdad es que no es un gran problema para el grupo PRISA: seguirá "cagándose" en la ley, y hará lo que le salga de las narices. Como siempre. Y seguirá transmitiendo como si nada la espera de que la justicia argentina resuelva el recurso interpuesto, (o llegue la policía judicial y les ordene cortar las transmisiones).

Será entonces cuando empezarán las plañideras de siempre: que es un ataque a la libertad de expresión (entiéndase, a la libertad de forrarse), y todos los Miguelitos Bosés de allí (mate en mano) irán a solidarizarse con los periodistas, con una camiseta que diga "Magdalena somos todos".

Porque para los progres, esto es un ataque a la libertad de expresión, aunque se hayan saltado las leyes. Ahora, pretender quitarle el micrófono a Federico Jiménez Losantos no es un ataque a la libertad de expresión: es un acto de sanidad radiofónica.

Hipócritas...