Una pregunta y una reflexión

Recordando y releyendo la conferencia organizada por la FAES (Aznar, Kagan, y mesa redonda), me surgen una pregunta y una reflexión.

1) ¿Por qué los medios tergiversaron las palabras de José María Aznar? Honestamente, me cuesta creer que alguien vaya a pensar que Aznar caería en tan burda contradicción. Y no me cabe la menor duda de que si algo le hiciera cambiar de opinión, él mismo sería el primero en decir "rectifico" y "lo siento".

Lo mismo hicieron con las declaraciones de Mariano Rajoy, sesgándolas para que pareciera que dijo lo que en realidad no dijo.

Este juego de lealtades que parecen jugar muchos medios de comunicación en favor de la izquierda es -cuanto menos- procaz.

Se supone que están allí para transmitir información u opinión sobre la realidad, sin embargo, se dedican a deformarla. No se si es intencionado o estúpido (o ambas cosas a la vez), pero definitivamente se que es suicida. Porque renunciar a la libertad de buscar la verdad y difundirla sólo sirve para ponernos de rodillas frente al totalitarismo.

2) La reflexión a que me mueve la citada conferencia es acerca del estado de postración moral en que se encuentran España y Europa occidental. Hemos sucumbido al sofá y al control remoto mientras deglutimos sin masticar los "potitos Milá" o de cualquier otra marca, hemos matado a nuestro espíritu emprendedor por un contrato fijo y unas oposiciones para ser funcionarios del estado. Nos hemos rendido a la kultureta de Gran Hermano y el Marca.

Nos hemos embrutecido mental y laboralmente al sustituir la cultura del esfuerzo por la ley del menor esfuerzo.

Nos hemos condenado a la mediocridad al preferir una sociedad de enchufados a una sociedad meritocrática.

Estamos anestesiados e indefensos frente a los peligros que este estado mental de "Homero Simpson" nos provoca, y lo más triste es que nos hemos colocado voluntariamente en esta situación.

Y mientras la sociedad nada a tu lado en este mar de salsa rosa, ni siquiera nos preocupamos de considerar graves las detenciones políticas, no nos inmuta la rendición del estado de derecho ante una banda de criminales, ni las calumnias vertidas sobre los políticos de la oposición.

Vemos como desde el gobierno nos manipulan, nos idiotizan, nos engañan, nos distraen, mientras van cercenando nuestras libertades, y no somos capaces de reaccionar.

Las negras sombras de la opresión se ciernen sobre España. Y si no logramos despertar y detenerlo, más pronto de lo que creemos, estaremos bajo la bota infame del totalitarismo.