El gorila Chávez ya tiene quien le defienda

Y es nada menos que el que quería darles derechos "humanos" a los monos. Si, el diputado Francisco Garrido, miembro del grupo socialista en el Congreso, fue el que propulsó en España del proyecto "Gran simio".

Viendo la foto de Chávez, es obvio que tiene todas las papeletas para que Garrido se lance raudo en su defensa. Por rojo, y por gorila, se entiende.

Lo que no es aceptable es que en su desmesurado afán ecolojeta, el diputado diga que el Rey fue agresivo. Agresivo habría sido si hubiera sacado la escopeta de caza y lo hubiera abatido como más de uno habría deseado.

Que salga este cantamañanas de Garrido a hablar de "modos diplomáticamente inaceptables" es en si mismo inaceptable. El gorila rojo estaba INSULTANDO a un ex-presidente de gobierno e interrumpiendo en el uso de la palabra a otro. Salvo que al cantamañanas le interese más la protección de la fauna exótica que la dignidad y los intereses de todos los españoles, que somos quienes le pagamos el sueldo.

Cuando dice que la actitud del Rey daña "la imagen de España en Latinoamérica", o es tonto o nos toma por tontos. Chávez no es Latinoamérica, y el sentimiento antiespañol que abunda allí no es producto de las palabras del Rey, sino del populismo ramplón de algunos dirigentes latinoamericanos que han encontrado el perfecto chivo expiatorio en algunos empresarios españoles avariciosos que fueron a hacer negocios -bastante opacos en ocasiones- con gobiernos populistas y CORRUPTOS (si señores, no olvidemos este "pequeño" detalle). Ayer se forraban con estos dictadorzuelos y hoy ven en peligro sus inversiones.

Son las cosas que tiene el hacer negocios en países de alto riesgo. Las ganancias suelen ser descomunales, y las pérdidas también. Si han sido tan "machotes" para invertir sus cuartos en países bananeros sin ley, y han sido tan "machotes" para embolsarse cuantiosas ganancias durante años, que sean machotes ahora para aguantarse las pérdidas. Y las iras de sus accionistas.

Pero que no vendan nuestra dignidad como país por la merienda de algunos inescrupulosos.