¿Por qué?

Desde que ayer se conociera la noticia del "accidente" sufrido por Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre, del que salieran milagrosamente vivos e intactos, una idea comenzó a rondar mi mente (y la de muchos españoles): ¡qué casualidad que sucediera esto!, estando juntos dos de los mayores referentes de la oposición al desgobierno de Rodríguez.



Conforme fueron pasando las horas, las sospechas de que esto no era un accidente iban tomando fuerza, o se diluían, según las noticias recibidas en ese momento. El deseo de todos -me atrevo a aseverar- era que hubiera sido un accidente. Un accidente con mucha suerte. Y nada más.


Pero en la España post 11-M, donde las preguntas siempre quedan sin respuesta, donde un mentecato se erige en presidente encaramándose sobre los cadáveres de 200 víctimas inocentes por las que no pide ni busca justicia, una negra bruma de dudas asalta las mentes de hasta los mejor pensados.





Ayer vino súbitamente a mi memoria el recuerdo de José Calvo Sotelo, jefe de la oposición al gobierno en julio de 1936, quien fue vilmente asesinado de dos tiros en la nuca por "siervos" de Indalecio Prieto. Y luego me acordé de otro jefe de la oposición que casi pierde la vida en un atentado terrorista en 1995: José María Aznar.



Aunque los autores son distintos, no lo son sus ideologías. Tanto la II República como ETA abrevan en las fuentes del comunismo. En un caso, de matriz soviética. En el otro, de matriz nacionalista -más "all' uso nostro". En el primer caso, el asesinato fue el puntapié inicial de una cruenta guerra, que todavía hoy no puede ser olvidada. En el segundo caso, gracias a Dios, no pudieron conseguir su objetivo.

Y cuando ya podemos relajarnos porque Rajoy, Esperanza, el piloto y el alcalde de Móstoles están bien, con algún raspón o cosilla muy menor, pero bien, comienzan a arreciar las teorías de "objetos" que impactan contra el helicóptero, piedras que "caen hacia arriba" y que pueden derribarlo, temo que tal vez debamos hablar de ¿un tercer caso de atentado contra un jefe de la oposición?



Y entonces me pregunto ¿por qué los jefes de la oposición en España no están seguros cuando el gobierno es de izquierdas, mientras que los líderes de la izquierda pueden vivir tranquilamente cuando están en la oposición?

Indalecio Prieto pudo morir de viejo -en el exilio, pero de viejo. Felipe González -que tal vez debería estar en la carcel por todos sus "Filesas" y GAL, vive alegremente la vida, casa a sus hijos y puede dedicarse a engarzar piedras y venderlas como joyas de diseño "progre" mientras viaja por el mundo como lacayo de Carlos Slim y sigue haciendo caja. Rodríguez, mientras fue jefe de la oposición, podía delirar a gusto y salir a comprar el pan, sin que su vida corriera peligro alguno.

Las vidas de ellos no corren riesgos cuando están fuera del poder. Sin embargo comienzo a temer que el líder de la oposición en España, que no sea socialista o comunista, tiene marcado un destino trágico.