Recién terminó el debate entre Solbes y Pizarro. Por los comentarios que he visto en algunos foros, a muchos les ha resultado un tostón. A mi, personalmente, no me ha parecido un tostón, aunque sí era exasperante por momentos.

Solbes ha sabido elevar la mentira casi a la categoría de arte. De arte del caradurismo. Mareó con cuentos, gráficos y números más propios de una "
demostración matemática inválida" que de la realidad que golpea a las familias españolas, sólo para decirnos que la economía gestionada por el PSOE va fenomenal y que -como Zenón de Elea en la paradoja de
Aquiles y la tortuga- "los sentidos nos engañan".
Ha mentido más que ha hablado. Parecía un pirata al que le faltaba el loro en el hombro. Parecía más bien que se lo había tragado. Porque como loro repetía las consignas triunfalistas de zETAp. Llegó incluso a robarle uno de los lemas de campaña a Rajoy: con "las ideas claras". Flipante.
Nos ha tomado a los ciudadanos por imbéciles. Nos ha querido convencer de que hoy estamos mejor que hace 4 años. Nos ha querido vender la moto de que tenemos menos inflación, sueldos más altos, fondos públicos mejor gestionados, y que el PSOE es el campeón de las infraestructuras públicas y de la buena administración. Nos ha tratado de gilipollas. En lo personal, no me afecta, porque simplemente no le creo nada. Pero es una falta de respeto para con los votantes socialistas. Una falta de respeto que -si fueran menos borregos- no tolerarían.

Frente a él, un
Manuel Pizarro tratando de explicarle que -por más números que revoleara-
los ciudadanos tenemos otra percepción. Tratando de hacerle entender que la clave de la prosperidad no está en aumentar la presión fiscal, sino en crear condiciones de
seguridad jurídica y
confianza económica para que las
inversiones regresen a España, para que se desarrolle la
iniciativa privada, para que
aumente la competitividad y para que
se cree más empleo. Y que para todo ello es necesario un gobierno que una y no divida.
Verdades simples y contundentes. Como simple y contundente es la realidad que nos dice a los españoles que hoy tenemos menos poder adquisitivo, que se está destruyendo empleo, que la presión fiscal ha aumentado más de 2.5 puntos durante la legislatura socialista, que los índices de morosidad aumentan, y que los sueldos que se están ofreciendo hoy por los pocos puestos de trabajo que surgen son los mismos que hace 6 años. Pero nosotros (y la realidad) estamos equivocados para Solbes.
Tal vez tendríamos que arrancarnos los ojos para ver lo mismo que ve él: nada. Y así nos lleva: a los tumbos.
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