Y finalmente se aprobó la disolución de España
Esta tarde aciaga del 30 de marzo de 2006, será recordada siempre como el día en que comenzó el proceso de disolución de España. La España de siempre, la que se conoce desde hace 2000 años, la que luchó durante 8 siglos contra el invasor moro por su integridad territorial, por su identidad histórica y cultural; la que en medio de la anarquía provocada por la invasión napoleónica luchó contra el enemigo francés por su libertad.
Al igual que para hacer caer a Roma sólo bastó un puñado de corruptos, una sociedad indiferente y moralmente decadente, y una pandilla de bárbaros, en España sólo hicieron falta 4 nazionalistas forajidos, 13 mochilas asesinas, un pacto de traidores en Perpignan, y la voluntad de hierro de un indigno presidente de gobierno que -faltando a su juramento y quebrantando todo principio moral y lógico- se ha dedicado en cuerpo y alma a la tarea de mantener a flote un desquiciado proyecto que amenazó con hundirse en repetidas veces. Finalmente lo ha logrado, y hoy puede ufanarse de haber conseguido lo que parecía imposible: que 189 diputados,
Mariano Rajoy les dijo esta mañana a los socialistas: "Les cabe el honor de haber sembrado la desigualdad entre los españoles". Siempre tan centrista y generoso, don Mariano.
Nosotros les decimos: "Les cabe la infamia de haber iniciado el proceso de disolución de España". Gratuita y estúpidamente. Y de imprevisibles consecuencias.
Ahora, a festejar tu "triunfo" pírrico. Y mañana, a por las Vascongadas. Y luego, a por la nación sueva.
Gracias, Papes. Tu abuelo debe estar revolviéndose en su tumba. Todos tus ancestros deben estar maldiciendo su simiente.
Y así, comienza a caer la noche triste sobre España, y el pueblo mira sin ver ni entender...mientras su patria, la de sus padres, la de sus hijos, se desmorona.